sábado, 28 de abril de 2012

Pineda de la Sierra


El pasado domingo nos fuimos hasta Pineda de la Sierra. El tiempo olvidó por un día su inestabilidad primaveral y nos ofreció un cielo con nubes y un leve fresco que no molestaba. Y es que a pesar de estar a finales del mes de abril los restos del invierno siguen acompañándonos como no queriendo irse hasta el año que viene. Una prueba clara de esto es que las cumbres de la sierra estaban con una buena cantidad de nieve.

El pueblo nos recibió con un silencio apacible, muy tranquilo, apenas distraído por el rumor travieso de las aguas del Arlanzón, las huellas sonoras de algunos senderistas y las hachas de algunos pinedanos haciendo leña para el hogar. Un buen contexto para traer a este ‘Burgos mágico’ el entorno de Pineda y algunos de sus rincones más pintorescos.

CÓMO LLEGAR
Para acercarse a la villa de Pineda desde Burgos tomanos la N-120 (Carretera de Logroño). Nada más pasar Ibeas de Juarros cogemos a la derecha la BU-820. Cruzaremos los pueblos de Arlanzón y Villasur de Herreros. A partir de este último seguiremos una carretera que bordea los pantanos. Al final del embalse de Úzquiza llegaremos a una bifurcación: recto vamos hacia Pradoluengo y hacia la derecha nos dirigimos hacia Pineda. Cogemos esta carretera, con bastantes curvas y un asfalto en regulares condiciones, y nos encaminamos hacia nuestro destino. 6 kms. antes de Pineda nos toparemos con la presa del embalse del Arlanzón, cuya cola está muy cerca de la villa serrana. En total son 50 kms. de recorrido.

UN POCO DE HISTORIA
Parece que fue en el siglo IX cuando sucedieron los primeros asentamientos en las tierras que hoy componen Pineda de la Sierra. Sus excelentes pastos y bosques hicieron de esta zona un lugar ideal para la ganadería y la industria maderera, convirtiendo a la localidad en una villa próspera y muy dinámica. La trashumancia del ganado ovino fue la principal ocupación de los pinedanos durante siglos, habiendo entre sus habitantes algunos "señores de la Mesta", ese importantísimo e influyente concejo fundado por Alfonso X El Sabio que garantizaba el paso de los rebaños por las cañadas y protegía de manera extraordinaria desde las más altas instancias el ejercicio del pastoreo trashumante. De esta época de esplendor quedan en Pineda algunas casonas que pertenecieron a estos ricos ganaderos, construcciones caracterizadas por sus recios muros de piedra arenisca.

A mediados del siglo XIX surgió una intensa actividad minera en la zona que también influyó en la economía local y en el desarrollo de infraestructuras como el ferrocarril minero construido entre Monterrubio y Villafría. Esta línea férrea fue desmantelada a mediados del siglo XX, siendo reconvertida años después en uno de los senderos más importantes de la provincia: la Vía Verde de la Demanda.

MONTES, CAMINOS Y AGUA
Pineda de la Sierra se encuentra en un lugar de una riqueza paisajística excepcional, en pleno corazón de la Sierra de la Demanda, a los pies del pico Mencilla y con el río Arlanzón partiendo su caserío.


La Sierra de la Demanda
Este sistema montañoso ocupa gran parte del sudeste de la provincia de Burgos y es la zona más septentrional de la Cordillera Ibérica. Caracterizada por su alto nivel pluviométrico y riqueza arbórea tiene también varios picos de una altura reseñable, como el Mencilla (1.932 m) y el San Millán (2.132 m), donde podemos apreciar la acción del glaciarismo en sus zonas más elevadas. Pineda de la Sierra, cercana a estos montes, se encuentra a unos 1.200 m. de altitud, siendo una de las localidades de la provincia establecidas a mayor altitud sobre el nivel del mar.
 En los valles y laderas de esta sierra podemos toparnos con hermosos bosques de robles, hayas, acebos y pinos que esconden una rica fauna en aves y mamíferos.

La Vía Verde de la Demanda
Pineda de la Sierra es una de las paradas más interesantes de esta ruta, una de las más conocidas y transitadas de la provincia por caminantes, ciclistas y jinetes.

La Vía Verde de la Demanda recorre el paso del antiguo ferrocarril minero que unía la localidad serrana de Monterrubio de la Demanda con el barrio burgalés de Villafría. Esta vía ferroviaria se construyó entre los siglos XIX y XX para transportar hacia los centros de producción los minerales extraídos de las diferentes explotaciones de la sierra, siendo el término del trayecto la estación de Villafría. La industria minera de esta zona extraía principalmente hierro y carbón, y funcionó apenas unas décadas, siendo desmantelada en la década de los treinta del siglo pasado.

El Arlanzón y sus embalses
El río que divide Pineda y que recorre de este a oeste la capital de la provincia nace entorno al pico de San Millán, en la localidad de Riocavado de la Sierra, apenas a 15 kms. de Pineda río arriba.

Todo el entorno que rodea al Arlanzón es de una gran belleza natural. Podemos disfrutar estos paisajes por varios senderos que existen junto al caudal, siendo especialmente recomendables los que bordean los embalses del Arlanzón y Úzquiza.

A 6 kms. de Pineda, río abajo, está la presa del primer embalse que se construyó del río Arlanzón. Inaugurado en 1933 fue levantado tras las graves inundaciones que afectaron a Burgos en junio de 1930 con la función de controlar el caudal del río especialmente en las épocas de deshielo. Su capacidad es de 22 Hm3 y tienen un superficie de 130 Has.

Y a unos 20 kms. de la villa serrana nos encontramos la presa del embalse de Úzquiza, cercana a la localidad de Villasur de Herreros. Las crecientes necesidades industriales y poblacionales de Burgos y toda la zona entorno a la capital hacían insuficiente la capacidad del embalse del Arlanzón por lo que se construyó este segundo embalse, inaugurado en 1989. Bajo sus aguas quedaron anegados tres pueblos que ya son historia: Herramel, Villorobe y Úzquiza, que dio nombre al pantano.

CALLES, RINCONES Y CASAS
La villa de Pineda de la Sierra fue declarada por la Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas “Conjunto Histórico Artístico” en 1982, y en 2010 la Junta de Castilla y León le concedió el título de “Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico”. Son dos importantes credenciales que acreditan la importancia y atractivo de esta localidad serrana llena de rincones con mucho encanto.

Callejones empinados, casas de fuertes muros y pequeñas ventanas, paredes de arenisca rojiza y mampostería, chimeneas encestadas, el rumor del agua por todas las esquinas... Esto y mucho más es lo que se puede encontrar el caminante por las calles de Pineda, un paseo muy recomendable que además podrá compartir con las buenas gentes del pueblo.

En el siguiente mosaico podemos ver algunos de los rincones más vistosos de la villa.


También hay que destacar que Pineda de la Sierra es un lugar muy transitado por grupos de escolares y universitarios, ya que cuenta con diversas instalaciones para el estudio y disfrute de la naturaleza, como las Aulas de la Naturaleza y el albergue de la Diputación Provincial de Burgos así como el Aula del Río, gestionada por la Fundación del Patrimonio Natural de Castilla y León.

También cuenta con una pequeña pero muy popular estación de esquí, Valle del Sol, inaugurada en 1975 y cuyas pistas se localizan en las laderas de la Sierra Mencilla.

IGLESIA DE SAN ESTEBAN PROTOMÁRTIR
La gran joya artística de la villa de Pineda de la Sierra es este templo de trazas románicas que comenzó a erigirse en el siglo XII y que brilla en los libros de arte por su fabuloso pórtico.

Nada más acercarnos a San Esteban tenemos que admirar la pericia del maestro constructor de esta iglesia, que supo salvar las irregularidades del terreno con mucha inteligencia.

La realización de este templo se llevó a cabo en tres etapas. En la primera mitad del siglo XII se construyó la cabecera y los dos primeros tramos de la nave, la portada y la torre. En una segunda etapa, a finales del mismo siglo, se llevó a cabo el soberbio pórtico románico. Y una tercera, ya en el siglo XVI, se elevó la cubierta del templo, sustituyendo el primitivo tejado, cuya estructura era de madera, por las actuales bóvedas de crucería. Se puede observar en la serie de canecillos que hay en la parte sur, sobre el pórtico, la antigua altura de la techumbre. Además en esta última fase se erigió la sacristía y el tercer tramo de la nave.

El campanario actual, situado en el lado norte, se alzó entre los siglos XVII y XVIII, tomando el origen de la antigua torre románica.

Es muy interesante la portada de la iglesia, que podemos ver dentro del pórtico y que es anterior a la construcción de éste. Su riqueza iconográfica es digna de estudio, destacando en la izquierda del arco una figura que se vincula a Santa Juliana (advocación original del templo).

 
El interior de la iglesia nos ofrece una gran nave, de una altura considerable. En el ábside nos encontramos un retablo barroco, datado en 1704. En él hay cuatro imágenes de interés: en el centro está el titular del templo y patrón de la villa, San Esteban, a sus lados San Pedro y San Pablo, y en el ático una Inmaculada de estilo renacentista. La pila bautismal es de trazas románicas y con forma de copa. Sobre ella tenemos una pequeña talla barroca de San Juan Bautista. Y cercana a la pila está la imagen de la Virgen de Villa, patrona de Pineda y cuya fiesta se celebra el 8 de septiembre.

Un detalle anecdótico. En el lado oeste del muro exterior de la iglesia de San Esteban hay una cruz blanca adosada a la pared que recuerda a los tres ciudadanos franceses que fallecieron en un accidente de aviación en 1948 cerca del pico San Millán mientras realizaban la ruta Lisboa-París. Un ventisca sorprendió a los viajeros y el avión chocó contra la montaña. Eran el propietario y el representante de una empresa aeronaval y el piloto del bimotor. En el mosaico fotográfico anterior se puede observar esta cruz-homenaje.

 
El pórtico de San Esteban
Esta galería, adosada al muro sur de la nave del templo, es una de las principales señas de identidad de Pineda de la Sierra. Su fábrica está relacionada con el estilo de los maestros del claustro del Monasterio de Santo Domingo de Silos y con los escultores de los pórticos de las iglesias de las localidades serranas de Vizcaínos y Jaramillo de la Fuente.

El pórtico nace de un banco corrido de desigual altura (que corrige la inclinación del terreno), con once arcos de medio punto divididos por la portada de la galería. Las columnas son dobles y los capiteles están decorados en su gran mayoría por motivos vegetales. El suelo está formado por rústicos mosaicos de cantos rodados. La cubierta fue restaurada hace pocos años ante el gran deterioro que sufría la estructura anterior.

Debemos señalar que el pórtico, además de servir como refugio de los fieles ante las inclemencias meteorológicas antes y después de los oficios, fue lugar de celebración de los concejos abiertos donde se debatían los asuntos de la villa.


ERMITA DEL CRISTO
Para finalizar nuestra visita a Pineda fuimos a conocer esta pequeña iglesia. Cogiendo desde la carretera principal el camino que lleva al pueblo de Tinieblas, junto al albergue de la Diputación, cruzamos el río Arlanzón por un puente y nos encontramos esta ermita de sencilla planta y de aspecto muy reformado. El último arreglo data de mediados de los 90 del siglo pasado.

Sus orígenes se remontan a finales del siglo XII o finales del XIII, podemos ver en su interior varias formas y estructuras románicas que nos llevan a esta época.

En esta ermita se celebran algunas fiestas y romerías muy señaladas en el calendario de Pineda de la Sierra. Una de las más importantes es el 14 de septiembre, el día de la Cruz. En esta fecha se va a la ermita del Cristo por la mañana en procesión con la Virgen de la Villa, patrona de Pineda. Por la tarde regresa la comitiva con la talla de María a la iglesia de San Esteban tras un día de fiesta muy querida entre los pinedanos.

lunes, 16 de abril de 2012

Burgos. Rincón patrimonial


Uno de los lugares que más visitantes congrega la ciudad de Burgos es, cómo no, la catedral y sus alrededores. La imponente belleza de su estampa, su fama mundial y el cúmulo de tesoros que guarda entre sus muros son un reclamo sin parangón en la capital de la provincia.
Entre las faldas del barrio de San Esteban y la pared norte de la seo burgalesa discurre parte de la calle Fernán González, vía por la que transcurre en Camino de Santiago y en la que las gentes pudientes de los siglos XVI y XVII principalmente construían sus casas y palacios. Y en este lugar sucede un hecho posiblemente único en el mundo: dos elementos declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad conviviendo diariamente codo con codo: la Ruta Jacobea (inscrito en 1993) y la catedral de Santa María (en 1984).
El pasado Domingo de Resurrección, y durante los días anteriores de la pasada Semana Santa aprovechando la entrada libre a los templos, dimos un paseo por este espacio del casco histórico de la capital en el que en apenas 100 metros a la redonda nos topamos con varios lugares que, por muchos motivos, merecen un hueco de honor en este 'Burgos mágico'. 

CALLE DE FERNÁN GONZÁLEZ
Esta vía de la parte alta del casco histórico burgalés, muy conocida también por albergar numerosos bares de copas, es una de las calles con más solera histórica y artística de la ciudad. Desde su comienzo (cerca del arco y la iglesia de San Gil) hasta su final (en el Arco de San Martín y el Solar del Cid) esta larga travesía es todo un museo urbano de edificios notables y monumentos de excelente factura.
Además sus adoquines y embaldosado son parte del Camino de Santiago. Miles de peregrinos pisan su suelo durante todo el año en busca de la catedral compostelana. No en vano se encuentra en el número 28 de esta calle el albergue municipal de peregrinos, sito en la Casa de los Cubos, un noble edificio del siglo XVI rehabilitado en 2008.
Pero centrémonos en esos pocos metros que discurren en este 'rincón patrimonial'. La catedral nos presenta dos de sus puertas: la de la Pellejería (obra plateresca de Francisco de Colonia, siglo XVI) y la de la Coronería (portada gótica del siglo XIII, obra del taller del Maestro Enrique). Frente a esta última puerta se alza el Palacio de Castilfalé, ahora Archivo Municipal. Metros más adelante nos encontramos con la iglesia gótica de San Nicolás de Bari. Y dejando la calle Fernán González, en las escaleras que bajan a la plaza de Santa María, nos topamos con la imprenta de Fadrique de Basilea, importante taller de finales del siglo XV. Ya en la plaza sólo podemos elevar las vista hacia las agujas que rematan las torres de la fachada principal de la catedral de Burgos. Visitemos estos interesantes lugares uno por uno.

 

CATEDRAL. PUERTA DE LA CORONERÍA
Los brazos del crucero de la catedral están rematados en su exterior por las dos portadas más importantes (y antiguas) del templo. En el sur y con salida a la Plaza del Rey San Fernando está la Puerta del Sarmental. Y en el brazo norte, con salida a la calle Fernán González y frente al Palacio de Castilfalé, se encuentra la puerta de la Coronería o de los Apóstoles.
La realización de este pórtico está atribuida al taller del Maestro Enrique, primer arquitecto de la catedral, a mediados del siglo XIII. Está dedicada al Juicio Final y su iconografía está llena de historias y mensajes dignos de merecer unos minutos de nuestro tiempo frente a esta catequesis escultórica.
El acceso al templo desde esta puerta se realiza por la Escalera Dorada, pieza maestra del renacimiento burgalés realizada por Diego de Siloé. Desde hace muchos años esta entrada está cerrada al público, pero en su época fue lugar de acceso de los vecinos de la parte alta del burgo y de los peregrinos del Camino de Santiago. 

PALACIO DE CASTILFALÉ
Frente a la puerta de la Coronería de la catedral se alza el Palacio de Castifalé, unos de los edificios más señeros del casco histórico burgalés.
A mediados del siglo XVI Nicolás de Gauna, propietario del solar, encargó a los maestros Juan de Vallejo y Juan de Aras levantar una edificación acorde al prestigio de su ubicación. Pocos años después, en 1565, lo adquirió el rico mercader Andrés de Maluenda. Y a lo largo de los siglos el palacio pasó por manos de varias familias de la nobleza y la burguesía. En 1920 García Muñoz de Jalón y Asunción Vinuesa Bessón, Condes de Castilfalé, adquirieron el palacio haciendo una amplia reforma en su estructura y decoración. Y en 1969 legaron al Ayuntamiento de la ciudad que, en 1985, lo restauró y acondicionó para convertirlo en el Archivo Municipal donde se guarda un incalculable patrimonio de legajos, libros, documentos y fotografías de la historia burgalesa.
Del palacio original se conservan la portada plateresca, el zaguán de la entrada, el patio y la escalera.
Hay que apuntar finalmente que este palacio es uno de los lugares habilitados por el Ayuntamiento de Burgos para la celebración de bodas civiles en la ciudad.

 

IGLESIA DE SAN NICOLÁS DE BARI
A los pies de la calle Fernán González y sobre la Plaza de Santa María se emplaza esta iglesia de aspecto exterior sencillo y muy sobrio (además carece en la actualidad de la torre campanario que gobernaba su estampa tiempo atrás), donde destaca la portada del templo, obra del siempre sobresaliente taller de los Colonia.
La actual iglesia, de estilo gótico, fue levantada en 1408 sobre un templo románico anterior. Su planta tiene tres naves, la central de mayor altura. Entre los dos primeros pilares de la nave central hay un bello arco escarzano o rebajado que contrarresta el empuje de las naves laterales. Es puramente renacentista, del siglo XVI, y es atribuido a Juan de Vallejo.
La gran joya de esta iglesia es el retablo mayor, obra de Francisco de Colonia según un diseño de su padre, Simón. Labrada en piedra caliza y parcialmente policromada, este tapiz escultórico supone una obra maestra del Renacimiento castellano e impresiona al visitante cada vez que lo admira. Sus más de 150 figuras, la imagen de San Nicolás (obra de Francisco de Vitoria) o los hermosos sepulcros de los patrocinadores del retablo que habitan a sus pies (Gonzalo López de Polanco y Leonor de Miranda, así como otros familiares) son algunos de los detalles que esconde esta maravilla del arte español.
También son destacables el retablo barroco lateral de San Miguel, varios enterramientos de estilo gótico y la enorme tabla pictórica del Juicio Final, de autor anónimo y fechada finales del siglo XV. Pero hay muchos más tesoros que conocer en este templo tan querido por los burgaleses...
Desde que la iglesia de San Esteban fue convertida en Museo del Retablo San Nicolás de Bari es sede de la parroquia de este populoso barrio del alto Burgos.


TALLER DE IMPRESIÓN DE FADRIQUE DE BASILEA
En el actual edificio que ocupa el famoso restaurante burgalés 'Mesón de Cid' se ubicó a finales del siglo XV el taller de Fadrique de Basilea (1484-1517), impresor de origen alemán y discípulo de Johannes Gutenberg, inventor de la imprenta de tipos móviles moderna y uno de los personajes más importantes de la Historia en la difusión de la cultura escrita.
En la llamada 'Subida del Azogue', frente a la puerta de Santa María de la catedral, se ubicaron varios talleres artesanales que vivían prácticamente en su totalidad del ingente trabajo que generaba la seo burgalesa. Entre ellos, cómo no, la imprenta de Fadrique Alemán, como también es conocido.
Uno de los trabajos más reseñables que salieron de la imprenta de Fadrique fue la primera edición del clásico 'La Celestina', atribuido al bachiller manchego Fernando de Rojas. Este hecho es recordado en una placa de piedra en la fachada del mesón.
También hay que destacar que este ilustre personaje ha dado nombre al Museo del Libro de Burgos, sito junto a la Plaza Mayor de la ciudad.


CATEDRAL. FACHADA DE SANTA MARÍA
Para finalizar este recorrido bajamos a la Plaza de Santa María, frente a la que se alza la fachada oeste de la catedral de Burgos, quizá la imagen más reconocida del gótico español. Esta puerta principal es llamada de Santa María, Real (por ser la que flanqueaban los reyes en sus visitas) y del Perdón. Tiene dos laterales más pequeñas conocidas como de la Asunción y de la Inmaculada.
Esta fachada es del siglo XIII y su portada original estaba considerada una de las obras maestras del gótico castellano. Su enorme deterioro obligó a reconstruir las puertas laterales en 1663 y en 1790 la central, llegando a nuestros días una obra de marcado estilo neoclásico.
El segundo cuerpo de la calle central es también del siglo XIII y tiene un rosetón con una estrella de seis puntas o "sello de Salomón".
En el tercer cuerpo, en dos grandes ventanales con cuatro arquillos cada uno, está la "Galería de los Reyes", en donde podemos ver ocho esculturas de los primeros reyes de Castilla. Estas estatuas son réplicas de las originales que por su deterioro han sido resguardadas de la intemperie (en una polémica decisión). Las auténticas tallas se exhiben en el claustro bajo de la catedral.
Sobre las puertas laterales nacen dos torres, también del siglo XIII. A mediados del siglo XV Juan de Colonia construyó sobre ellas las agujas que tan hacen tan característica la estampa de la seo burgalesa. Este maestro también diseño la barandilla de culmina la calle central, donde hay una imagen de la Virgen sobre el lema mariano "Pulchra es et decora" ("Eres hermosa y pura").
Toda la fachada está decorada con gran riqueza al gusto del estilo gótico, con arcos, imágenes, gárgolas, pináculos... Puedes ver todos estos elementos "de cerca" en imágenes en alta definición en el sitio web 'La Catedral de Burgos en HD'.